Investigadoras de la UV analizan las modificaciones de la dieta alimentaria a consecuencia del cambio climático.
En mesa redonda convocada por el Centro de Investigación del Comportamiento Alimentario (CEIC) de la Escuela de Nutrición y Dietética.
El Centro de Investigación del Comportamiento Alimentario (CEIC) de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso, finalizó el año de actividades con la mesa redonda “Resguardo del derecho a la alimentación en el contexto del cuidado del medioambiente y sistemas alimentarios sostenibles”, evento que contó con el respaldo de la Unidad de Medioambiente y Sostenibilidad (UMAS UV).
La actividad se llevó a cabo en el marco del proyecto “Coconstrucción y propuesta de sellos de alimentos sustentables y saludables para contribuir a ambientes alimentarios sostenibles”, que dirige la académica Catalina González, y que es financiado por la Unidad de Medio Ambiente (UMAS UV), a través de los fondos ESR UVA 2195 “Avanzando hacia la sostenibilidad en la UV”.
Participaron en la jornada como panelistas invitadas las académicas Silvia Sepúlveda, de la Escuela de Nutrición y Dietética UV, quien estuvo a cargo de la conferencia “Derecho a la alimentación adecuada”; Carolina Flores, abogada de la Consultora Jurista Internacional en Servicio para el Desarrollo de la Oficina Jurídica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quien presentó de manera remota la ponencia “Sistemas alimentarios sostenibles y el derecho a la alimentación adecuada"; Pilar Muñoz, académica de la Escuela de Biología Marina UV, quien ofreció la charla “Algas como alimento ancestral, local, nutritivo, sustentable, sostenible y delicioso”, y la profesora Catalina González, quien dio la conferencia “Sustentabilidad de alimentos para un sistema alimentario sostenible”.
La doctora González sostuvo que “como resultado del cambio climático, los gobiernos de diferentes estados están adoptando acuerdos con el objetivo de avanzar hacia un sistema global menos contaminante. Entre las consecuencias del cambio climático, se espera que haya modificaciones en la producción de alimentos, las cuales serán resultado tanto de fenómenos como sequías e inundaciones, como también de las medidas adoptadas por los propios estados. Estos cambios en la producción de alimentos inevitablemente generarán, a mediano y largo plazo, modificaciones en el consumo de alimentos. Además, se requiere que a nivel mundial haya cambios en el consumo de alimentos y en la gestión de los residuos alimentarios”.
La directora del CEIC explicó que algunos de estos cambios podrían tener como consecuencia dificultades en el acceso a los alimentos por parte de poblaciones vulnerables, tanto debido a los efectos del cambio climático como a situaciones de conflicto (guerras) y pandemias, lo cual puede resultar en inseguridad alimentaria.
“Por tanto, es de suma importancia abordar estos temas de manera inmediata, y que los gobiernos se ocupen de ellos para salvar la seguridad alimentaria de la población. A su vez, esta protección de la seguridad alimentaria debe estar en consonancia con la promoción de sistemas alimentarios sostenibles y sustentables, que garanticen la producción de alimentos de manera sostenible y refuercen la soberanía alimentaria. Además, es fundamental abordar estos temas debido a que son problemas inminentes, que requieren investigación y sensibilización, tanto de la comunidad académica como de la población en general y los responsables de la toma de decisiones”.
En esa línea, la doctora González evaluó la jornada: “Como Escuela de Nutrición, valoramos de manera sumamente positiva esta actividad. Consideramos que fue exitoso en términos de organización y que el tema abordado es de gran relevancia. Además, logramos alcanzar a un público académico específico al que teníamos como objetivo llegar”.
Por su parte, la bióloga marina y panelista Pilar Muñoz destacó que la jornada resultó sumamente enriquecedora y entretenida. Además, expresó su satisfacción al observar cómo los asistentes pudieron apreciar la importancia de los océanos, el valor nutricional de las algas y comprender su relevancia como alimento.
Durante su conferencia, la profesora Muñoz se enfocó en presentar las algas como un alimento ancestral, destacando que Chile posee el registro más antiguo del consumo de algas en el mundo, datando de aproximadamente catorce mil años atrás, en la localidad de Monte Verde, cerca de Puerto Montt.
“Es importante destacar que en Chile existen más de 750 especies de algas, lo que brinda una amplia disponibilidad para incluirlas en nuestra dieta. Además, el cultivo de algas es sustentable y sostenible, ya que durante su crecimiento y cultivo prestan diversos servicios ecosistémicos, como liberar oxígeno y secuestrar el dióxido de carbono (CO2). Estos beneficios son fundamentales y también sirven para desmitificar los prejuicios que algunas personas pueden tener en relación con el consumo de algas, ya que existen preparaciones con algas que son verdaderamente deliciosas y su aporte nutricional es muy valioso, aportando numerosos beneficios para la salud y el medio ambiente”, concluyó.