UV obtiene nueva patente nacional para innovadora alternativa láctea para personas con alergias alimentarias
3 de Noviembre 2025
El desarrollo de base científica tecnológica, producto del trabajo de la nutricionista y magíster Karoll González junto a los doctores Claudia Ibacache y Alejandro Dinamarca, investigadores del Centro de Micro-Bioinnovación de la Escuela de Nutrición, permite obtener un derivado lácteo libre de caseína y lactosa, con alto valor nutricional. Con esta nueva concesión, el equipo de inventores de la Universidad de Valparaíso suma seis patentes registradas en Chile.
Las alergias alimentarias han aumentado sostenidamente en Chile y en el mundo, afectando hoy a más del diez por ciento de la población, especialmente a niñas y niños. Este fenómeno se observa con especial fuerza en la infancia, donde las y los lactantes representan alrededor del cinco por ciento de los casos. Entre las más comunes se encuentra la alergia a la proteína de la leche de vaca, cuya principal responsable es la caseína.
Frente a este problema, un equipo de investigadores del Centro de Micro-Bioinnovación de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso realizó una investigación en el área de alimentos probióticos que culminó con un desarrollo tecnológico que es una nueva alternativa láctea libre de caseína y lactosa. Este desarrollo de base científica y tecnológica ya cuenta con patente de invención concedida en Chile por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI).
La creación, titulada “Proceso para obtener derivado lácteo libre de caseína con ácidos grasos de cadena corta y cadena corta hidroxilados” (Registro INAPI Nº 71.831), fue desarrollada por el equipo conformado por Karoll González, nutricionista egresada de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Facultad de Farmacia de la UV y graduada del Magíster en Bioactividad de Productos Naturales y de Síntesis, junto a los doctores Claudia Ibacache, directora del Centro de Micro-Bioinnovación (CMBi), y Alejandro Dinamarca, académico e investigador del mismo centro.
“Las alergias alimentarias han ido en aumento tanto a nivel nacional como internacional, alcanzando prevalencias que superan el diez por ciento. Muchas de estas alergias antes se resolvían durante la niñez, pero hoy es cada vez más común que se mantengan hasta la adultez”, explica Karoll González. Y complementa que las alergias más frecuentes en los niños están relacionadas con las proteínas de la leche de vaca. Entre ellas, la caseína es una de las principales responsables de las reacciones alérgicas. “Por eso, el objetivo del estudio fue desarrollar nuevos procedimientos para obtener productos lácteos que puedan ser consumidos de forma segura por personas con estas condiciones”, asegura.
El nuevo producto es resultado de un bioproceso innovador basado en microorganismos —Bacillus aryabhattai K03B01, Lactobacillus plantarum K03D08 y Kazachstania unispora K03K02G— aislados a partir de kéfir chileno por el equipo del CMBi y registrados en la Colección Chilena de Recursos Genéticos Microbianos.
Natural y sustentable
A diferencia de los métodos industriales tradicionales, que requieren enzimas comerciales y temperaturas extremas, este proceso hidroliza la caseína de manera natural y sustentable, conservando intactos los nutrientes esenciales.
“Actualmente, el tratamiento de las alergias alimentarias se basa en fórmulas lácteas donde las proteínas de la leche se hidrolizan. Sin embargo, su producción es compleja, requiere procesos largos, uso de enzimas comerciales y altas temperaturas que eliminan nutrientes importantes, como vitaminas y minerales. Esto las hace costosas y limita su disponibilidad en el mercado”, sostiene Karoll González.
“En nuestra propuesta utilizamos microorganismos beneficiosos seleccionados en el laboratorio para desarrollar un proceso más sustentable y eficiente, que no requiere altas temperaturas y conserva los micronutrientes de la leche. El resultado es un producto libre de caseína y lactosa, con menor presencia de proteínas alergénicas, pero con el mismo valor nutricional que la leche natural. En palabras simples, una alternativa biotecnológica escalable y amigable con el medioambiente que acerca los lácteos a más personas”, señala.
La doctora Claudia Ibacache detalla que el trabajo del equipo fue pionero en identificar microorganismos capaces de metabolizar la caseína sin eliminar su valor nutricional: “Estas bacterias y levaduras degradan la caseína en aminoácidos y pequeños péptidos, lo que permite conservar los nutrientes sin provocar alergias”, señala. Acota que, a diferencia de otros procesos industriales que requieren altas temperaturas y eliminan vitaminas y minerales, este método es más natural, conserva los nutrientes y además genera compuestos con beneficios para la salud, como ácidos grasos de cadena corta. “El costo de producción también disminuye significativamente, lo que lo hace una alternativa viable y sostenible”, destaca.
Innovación de base científica
Este desarrollo emerge desde la línea de investigación de microbiomas y alimentos probióticos del CMBi, cuyas investigaciones han sido publicadas en el contexto de describir la estructura y función de los microbiomas que conforman el alimento probiótico kéfir. En este marco, durante la formación de pregrado de Karoll González acogida en el CMBi, se obtuvo financiamiento a través del Programa VIU (Valorización de la Investigación en la Universidad) de la ANID para llevar a aplicaciones específicas el conocimiento generado en el área.
“Este fue el primer proyecto de investigación que me tocó liderar, ya que los fondos VIU están pensados para estudiantes o recién egresados, quienes asumen la responsabilidad principal ante la ANID, con el apoyo de un profesor de la universidad. En mi caso, además de dirigir la investigación, participé como solicitante de la patente, junto a la Universidad de Valparaíso, ya que este tipo de fondos reconoce la propiedad intelectual compartida”, afirma Karoll González.
“Fue una experiencia muy enriquecedora, porque me permitió conocer el mundo de la transferencia tecnológica, algo totalmente nuevo para mí. Aprendí sobre patentabilidad, trabajé con equipos de abogados y participé en la redacción de la patente, siempre con el apoyo de la doctora Claudia Ibacache y del profesor Alejandro Dinamarca. Todo eso me dio una base muy sólida para seguir creciendo como investigadora”, agrega la nutricionista y magíster en Bioactividad de Productos Naturales y de Síntesis UV.
Asimismo, señala: “Estamos convencidos de que este avance permitirá acercar los beneficios nutricionales de los lácteos a más personas, especialmente a quienes hoy deben excluirlos de su dieta”.
Reflejo de un modelo de trabajo
Para el doctor Alejandro Dinamarca, el logro es reflejo de un modelo de trabajo consolidado en la Facultad de Farmacia y en el CMBi: “Creo que la gran diferencia de este trabajo es que hemos logrado consolidar un modelo que integra ciencia básica, ciencia aplicada, innovación y desarrollo de soluciones potencialmente patentables”, señala. “No se trata de un resultado casual, sino del fruto de un trabajo sistemático que combina investigación en biotecnología con la generación de nuevo conocimiento y su transferencia a necesidades reales, tanto locales como internacionales”, destaca.
En esa línea, releva que este avance también responde a la solidez del grupo de investigación, con liderazgos definidos —como el de la doctora Claudia Ibacache en el CMBi— y a la participación constante de estudiantes en diferentes etapas de formación, incluso de pregrado, que se incorporan tempranamente al arduo y riguroso trabajo científico. “Eso es lo más relevante: mantener un ambiente de vocación, con objetivos claros y un trabajo colaborativo que nos permite hacer ciencia de alta complejidad y competitiva”.
Seis patentes
Con esta nueva invención, los inventores Alejandro Dinamarca y Claudia Ibacache, de la Facultad de Farmacia UV, suman seis patentes concedidas, consolidando su liderazgo en el ámbito de la biotecnología y la innovación aplicada.
“Agradezco el espacio de trabajo y el modelo de investigación que hemos desarrollado en torno a microorganismos y la biotecnología, especialmente la bacteria Cobetia, los microbiomas y los consorcios microbianos. Resulta conmovedor ver que desde principios de este siglo, hemos sido pioneros en relevar el rol de estos sistemas de alimentos ancestrales y en su aplicación para diversas áreas, como salud humana o medio ambiente. Hoy contamos con seis patentes con soluciones muy bien definidas, lo que potencia las perspectivas de licenciamiento por parte de la UV y nos posiciona como un grupo que ha sincronizado adecuadamente el trabajo a nivel de ciencia básica, aplicada y transferencia tecnológica con impacto local e internacional”, destaca el doctor Dinamarca.
Tal como lo explica el investigador, esta tecnología se encuentra en proceso de transferencia al sector productivo por parte de la UV, con el potencial de ofrecer al mercado una alternativa láctea más accesible, nutritiva y segura para las personas con alergias alimentarias.
Nota: Pamela Simonetti
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